de repente el oráculo fueron las cartas…
la tirada era la de estrella, en ella se reflejaron las cosas del presente, del hoy, pero sobre todo lo que se siente… era como radiografía del pulsar de ese corazón…
y así entre el carro, y la luna, se tiene que hacer justicia, mirar frente a frente la verdad, y otorgar silencios.. porque más allá de eso, existen las corazonadas, las buenas, de esas donde uno se da cuenta que de verdad "perdonar es divino"

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